Amigos, bienvenidos a mi rincón. Espero que disfruten estas subjetividades,que se escaparon de mi www.chepsy.net

domingo, 1 de julio de 2012

BASTA

                              imagen de internet



Huye sin mirar para atrás, con un hijo en cada mano.  Con la nostalgia  de la culpa,  del color negro alrededor de los ojos,  de los gritos con olor a alcohol,  de las palabras de los mayores que  le repiten: "¡Aguanta, mujer, aguanta!"
 Lucha  Se oye su voz que retumba. Golpe de tambor que quiere llegar hasta donde anida el miedo.  Grito que repite una y otra vez: "¡Huye! ¡No mires para atrás!. ¡Huye antes de que sea tarde!"

miércoles, 28 de marzo de 2012

MÉXICO, HISTORIAS IMAGINADAS


Fotos de la tierra de mis amigos virtuales, mundos imaginados...

 A mis amigos mexicanos y hoy a Sandra Mayela Hernández con quien hablamos de Guanajuato

Xalapa- el pico de Orizaba

 Desde mi ventana veo permanentemente la montaña, el Pico de Orizaba. En la noche, el cielo todavía negro a sus espaldas, se intuye como una mancha. Llega la tenue luz de la mañana y lo primero que se ve es el blanco del pico nevado que flota en el aire, luego se va corporeizando a medida que pasan las horas hasta que al atardecer, el cielo como un fuego, se dibuja netamente la silueta recortada, dramáticamente, con la fuerza contrastante del blanco en su parte más alta.
Esa montaña tiene presencia en mi vida, no sería lo mismo cualquier otro paisaje, necesito cantarla, narrarla, pintarla. Cuando arrecian la lluvia y el viento, ya no se ve en lontananza, la montaña desaparece y yo me siento perdida, con nostalgia.

 Veracruz: una avenida, mucha gente, colores, palmeras, edificios desordenadamente implantados

Hoy fue día de fiesta, quedé en encontrarme con mis amigos en un bar, en el Malecón, para ver pasar el desfile. El sol caía vertical, hacía calor, la gente pasaba con sus ropas de colores. Había alegría, todos caminaban cubiertos con amplios sombreros, hacia la costanera, batiendo palmas y meneando sus cuerpos al compás de la música de una banda que abría la marcha.
Los edificios nos rodeaban desordenados, altos, bajos, con una presencia de arquitectura especulativa propia de estos balnearios. Venía de la playa, de sumergirme en el mar azul y cálido, sobretodo comparado con las frías olas de nuestro atlántico. Sentada bajo una sombrilla me refrescaba tomando cerveza mientras la música penetraba por los poros de la piel hasta que, pletórica de ritmo y del ambiente , me sumé a la festiva marcha.

Guanajuato: una gran iglesia con sus rojas cúpulas dominando el paisaje. A su alrededor se apiñan pequeñas casas bajando desde el borde de las montañas.

Viene la caravana cruzando las montañas desde el Norte, desde la zona de Aguas Mansas. Es una peregrinación a la Iglesia de Guanajuato. Avanzan lentamente por los senderos con mulas cargadas de bidones de agua, trajes ceremoniales y mantas para taparse en las noches frías de la montaña. En un momento dado, en una vuelta del camino, aparece allá abajo Guanajuato, todavía sumido en la noche, aunque allí arriba ya se ve clarear por el Este tras los picos que rodean la ciudad. Todos lanzan un grito, al unísono, de alegría desbordada. Se ponen los trajes de fiesta, y al compás de ocarinas, flautas, silbatos y timbales, con sombreros de colores, mezclando tradiciones , recuerdos y ropajes, bajan golpeando los pies contra la tierra marcando el ritmo de la danza. En la plaza de la iglesia los espera la gente del pueblo que ha llegado bajando las escaleras desde sus casas. Allí hay otros músicos tocando las mismas canciones atávicas. El sonido del valle se junta con el de la montaña y el pueblo se ve envuelto en la fiesta, en las pequeñas plazas, en las escalinatas, en las calles....

Guanajuato, una luz amarilla iluminando cuando cae la noche, callejuelas estrechas, una esquina, una casa.

 Ella está detrás de la ventana trabajando, preparando su revista. Por sus hojas abiertas escucha las pisadas de la gente por la calle y las voces que rebotan y se cuelan como si salieran de sus historias de brujas y de hadas. Un farol tiñe de amarillo la estrecha callejuela donde se encuentra la entrada de la casa. Son las nueve de la noche, la ventana está iluminada, pasan unos amigos y le gritan, llamándola. Se asoma y les tira la llave. Es una noche tibia, propicia para la velada, pero hay que terminar la revista, sólo podrán compartir un rato.

 México D. F. Una foto aérea, toda blanca, una sopa de edificios donde no se ve ninguna mancha verde, como si no hubiera ningún parque.

 Estamos en México, la imagen de la universidad , su fachada toda pintada de colores me danza en la cabeza desde la época de estudiante. Y los murales de Diego Rivera y la autobiografía de Frida Kahlo. Ramón Mercader, el asesinato...  México, sus editoriales, el gobierno español en el exilio, los mariachis. Eso era lo que tenía en mi cabeza, historias leídas, escuchadas desde la infancia. Hoy México son 20.000.000 de habitantes y yo camino entre mis recuerdos de mitos y de sueños y no puedo respirar, me siento asfixiada.

7 / 06 / 2002

martes, 21 de febrero de 2012

MARTES DE CARNAVAL, 2004


La calle está en silencio. Recuerdo el año pasado, a esta misma hora, once y media de una noche tibia de marzo. Estaba llena de gente, figuras con disfraces de todo tipo se paseaban sonrientes, unos payasos tiraban cohetes y bengalas, lenguas de fuego chisporroteantes y de colores se elevaban al cielo. Al llegar a la piazzeta que se forma en la esquina de casa, ví un carro que, con la enorme figura de nuestro presidente envuelto en una  gran bandera norteamericana, emitía una serie de arengas irónicas y amenizaba, entre una y otra, con desenfadado ritmo de cumbias. La gente sonreía alrededor, formando corro y moviéndose sutilmente al compás de la música.

viernes, 27 de enero de 2012

LA HORMIGA JACINTA

 Ç

Dedicado a Dianita Prado  y ahora a José Manuel Ortiz Soto por su cumpleaños

Una alegre mañana de sol de primavera, la hormiga Jacinta iba caminando por la hierba. Tenía que encontrar una hojita tierna, cargarla sobre sus espaldas y alcanzar la fila para llevarla al hormiguero. Pero sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, penetró en un mundo de hojas muy oscuras, altas y duras, erguidas a su alrededor como si fueran espadas. Avanzaba con torpeza, estaba mareada, se sentía mal.  Caminó con mucho miedo, temblorosa y pensando que nunca iba a encontrar una hojita ni a sus compañeras del hormiguero cuando, de pronto, se encontró con un terreno blanco, inmenso, una gran montaña que se extendía hacia arriba y a los lados, en la que crecían pinchos muy cortos y suaves. Dudó un instante, pero sintió que nada podía ser peor que las grandes hojas verticales que se apretaban contra ella, amenazantes, y.se adentró en ese nuevo paisaje ondulado que, al poco tiempo, empezó a moverse y a temblar bajo sus ocho patitas, pero Jacinta se mantenía firme y se aventuró decidida. A medida que avanzaba, iba ganando

lunes, 31 de octubre de 2011

ERROR


Esta segunda vez, Dios había decidido no hacer ninguna excepción; pero, mientras contemplaba satisfecho cómo el diluvio borraba a la humanidad de la faz de la tierra, olvidó al grupo de hombres y mujeres que, experimentando nuevas formas de vida, giraba alrededor del planeta.
30 Enero 2002

                                                                                                                                                                                                     

miércoles, 12 de octubre de 2011

Yuppy

                                                               imagen de sombriasluces.blogspot.com alterada

Sin poder controlarse, aparece nítida en su mente la imagen de aquella noche en que, desoyendo sus ruegos, lo hizo desaparecer enterrándolo más allá de su memoria.
Muchos años han pasado. Hoy, su atractivo cuerpo se siente como un muñeco sin contenido. En un flash-back instantáneo visualiza su trayectoria, su rol ascendente en la empresa, su familia impecable.
Se mira en el espejo y detrás de su figura bronceada y elegante ve emerger amenazadora, reclamando su espacio, la imagen de ese joven poeta que, olvidado ex - futuro posible, había aniquilado.
20 de mayo, 2002
Para concurso: asesinato necesario

miércoles, 5 de octubre de 2011

VIVENCIA 2002

                                                                   
Buenos Aires, mi ciudad, la ciudad de las luces y las sombras.
Reencontré el aire cálido, la humedad que penetra, los árboles cuajados de flores, las plantas en los balcones, los pájaros que cantan...
Como si todo fuera igual, como si no pasara nada.
Pero en cuanto mirás al costado aparecen los que te piden para comer, los que no tienen laburo, los que venden cualquier cosa, los que están tirados en los umbrales con un cartón como casa, lo que viven en colonias en las plazas : hombres, mujeres y niños durmiendo, comiendo , haciendo el amor bajo las estrellas como si de otra especie se tratara, coexistiendo con los chicos bien alimentados que juegan a su lado.
Dos mundos que se superponen en el tiempo y en el espacio.
Como las aguas del mar, crecen con la marea ocupando los intersticios del mundo de los que todavía no han caído, de los que pueden vivir como si no pasara nada.
La trama y la urdimbre de una sociedad que aunque desesperada, aunque no ve ninguna salida, aunque llora, crea sueños de esperanza.
Encontré a los que separan en bolsas los restos de comida para alimentar a las sombras que por la noche rebuscan en las basuras, los que organizan repartos, los espectáculos gratis en los barrios, los que están permanentemente haciendo actos de denuncia para despertar las conciencias adormiladas.
Y mientras la marea sigue creciendo y los intersticios se van llenando, las ilusiones, las teorías, la trama de alternativas creativas : los mercadillos, el trueque, la ayuda solidaria se golpean contra el muro de una estructura que escucha las sirenas de otros cantos. Y aumenta el dolor y la desesperanza.
Las cifras aterran, de los que no pueden comer, de los que sólo pueden comer, de los niños desnutridos, de las regiones paupérrimas, de los muertos en la provincia de Buenos Aires.
Y veo a mi alrededor los que sobreviven , los que están veinte horas trabajando, como acción heroica, voluntad de no claudicar, de no querer formar parte de esa marea que nos va empapando...

12 de octubre, 2002